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Recuerdos de la JIP2019



El pasado día 30 de marzo mantuvimos el encuentro con la Escuela de Shaolín de San Pedro de Alcántara en la Jornada 2019 de intercambio pedagógico que celebramos en Fluxus.Un encuentro que fue divertido, intenso y lleno de momentos inolvidables de práctica, de humor, de ilusión y de proyectos futuros.

El entrenamiento marcial es siempre exigente. Cuando viajamos a los mundos infantiles para abordar su enseñanza, esta dificultad parece difuminarse cuando miramos la expresión de curiosidad y sorpresa de los más pequeños ante los contenidos que les ofrecemos.En esta ocasión, la posibilidad de que ellos mismos fuesen los receptores y emisores de conocimiento, ha creado nuevas caras que no habíamos visto hasta ahora. El refuerzo de los lazos positivos entre humanos es uno de los objetivos de nuestra escuela desde sus comienzos y este evento ha sido un claro ejemplo de nuestra intención.

Trabajamos intensamente por establecer el modelo marcial como vía para la resolución de conflictos sin violencia. Para ello es imprescindible un guión de valores que aparezcan de forma permanente en el trato y en la interacción entre alumnos, profesores y afines.

Esta jornada de convivencia, además de un encuentro de enorme valor didáctico para todos los asistentes, es un recuerdo que permanecerá imborrable en nuestra mente y en nuestro corazón. Los recuerdos de una vía que comienza a transitarse aquí, a edades tempranas, sembrando de valores, cordialidad, voluntades positivas e ilusiones todo el tránsito presente, pasado y futuro de nuestras vidas.

Entrenar no es solo un acto deportivo, en estas situaciones observamos la verdadera dimensión de compartir una pasión por el conocimiento, por transmitirlo, por recibir lo que el otro tiene que ofrecernos, sin más anhelo que el verdadero aprendizaje, la experiencia vivida de forma conjunta por corazones que vibran buscando un mismo espíritu de concordia y armonía.Los más jóvenes son siempre un ejemplo que a veces olvidamos. Un ejemplo de lo que debe ser la sociedad, de cómo debe regularse, de cómo dependemos todos de los demás y, a la vez, cómo necesitamos ser realmente autónomos a partir de ese proceso compartido.

En esta jornada hemos vivido la amistad, compartido el arte, entrenado el cuerpo y alimentado el recuerdo para los años venideros. La posibilidad de que nuestro pasado esté repleto de momentos felices es la forma en la que podemos contrarrestar las amargas experiencias que puede depararnos el futuro. Juntos, adultos, jóvenes e infantes, podemos establecer un modelo cordial y amable de relación que nos involucre a todos en un proceso evolutivo necesario e imparable.En esta jornada hemos experimentado la realidad del espíritu marcial único dentro de todos los estilos tradicionales.

El alma de las artes marciales chinas no está sujeta a un maestro, a un estilo o a un practicante, es un río enorme por el que discurre la vida de múltiples maneras y del que todos podemos nutrirnos si elevamos nuestras expectativas de crecimiento. Muchas gracias a todos los que han facilitado esta ocasión única, a los profesores, al centro, a los maestros, a los alumnos, a la asociación y a todas las familias que confían en la dedicación tenaz y perseverante de los que pretendemos fomentar estas conductas sociales amables, colaborativas, desinteresadas, humildes e ilusionantes en nuestra sociedad.

El año que viene debemos una visita a la Escuela de Shaolín de San Pedro a la que acudiremos con la mochila cargada de ilusión y ganas de compartir todo lo que hemos compartido en este maravilloso primer encuentro entre estas dos escuelas clásicas del Kung Fu de nuestra localidad.


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