Cultivando la plenitud en la tercera edad: La magia de las actividades psicofísicas
Cuando pensamos en nuestros seres queridos de la tercera edad, es natural que deseemos para ellos una vida llena de alegría, vitalidad y bienestar. La jubilación y los años dorados pueden ofrecer una oportunidad única para reenfocarse en el auto cuidado y el enriquecimiento personal.
En nuestra sociedad moderna, no podemos pasar por alto el papel vital que desempeñan muchos de nuestros mayores en la estructura familiar. Con generosidad y amor incondicional, son el pilar que sostiene o apoya a muchas familias, brindando un apoyo invaluable en múltiples frentes. A menudo, van más allá de sus responsabilidades, involucrándose activamente en la crianza de sus nietos, asistiendo en las actividades extraescolares, y siendo ese refugio económico o emocional en momentos de apremio.
Además, su presencia suele ser el respiro que muchas parejas necesitan para poder dedicarse algo de tiempo de calidad. Estas inestimables contribuciones, en muchos casos sacrificios, van más allá del deber; son manifestaciones de un amor profundo y un deseo genuino de ver prosperar a sus seres queridos. Aunque a menudo lo hacen de manera desinteresada, es esencial reconocer y valorar este sobreesfuerzo, brindándoles todo el apoyo y cariño que merecen en retribución.
Una forma de corresponder a este esfuerzo es ayudarles a tomar decisiones de acción, incitarles a que mantengan un estilo de vida saludable y enriquecedor en el plano físico y espiritual. Es evidente que algunas propuestas escapan de las capacidades o intereses de nuestros mayores, pero hay un enorme abanico de disciplinas que pueden cubrir y alimentar la ilusión por sentir la vida en plenitud y mejorar las condiciones en las que esta etapa dorada se desarrolla.
Con generosidad y amor incondicional, son el pilar que sostiene o apoya a muchas familias
Algunas de estas disciplinas las denominamos psicofísicas o integrales, actividades que generan una interacción maravillosa entre la mente y el cuerpo en ambas direcciones de progresión. Algunas de las más conocidas son el Taijiquan, el Yoga o el Qi Gong. Todas ellas muestran el maravilloso poder de no sólo mantenernos activos físicamente, sino también de estimular nuestra mente y nuestra propia interpretación fenomenológica. Estas actividades han sido estudiadas por muchos campos de la ciencia, con investigaciones que han dado resultados verdaderamente sorprendentes. Veamos algunos de ellos.
Fomentan la agilidad mental: La investigación ha demostrado que el ejercicio regular puede retrasar e incluso prevenir el declive cognitivo relacionado con la edad.
Mejoran la coordinación y el equilibrio: Actividades como el Taijiquan o el Yoga son particularmente efectivas en este aspecto, reduciendo de forma considerable el riesgo de caídas.
Estimulan la interacción social: Participar en clases o grupos brinda una oportunidad para socializar, algo vital para el bienestar emocional.
Reducen la necesidad de fármacos: El movimiento y la concentración actúan como antidepresivos naturales, liberando endorfinas y reduciendo el estrés.
Es fácil caer en rutinas sedentarias o destructivas, como los hábitos de pasar horas frente al televisor, que lleva aparejados también hábitos nutricionales nefastos o razonamientos de problemas que no están directamente relacionados con nuestra realidad, es decir, una fuente de estrés y de preocupación innecesaria que podemos reconducir. Además de estos déficits, también hay otra serie de problemas asociados al estilo de vida pasivo y carente de pasiones o intereses espirituales.
Esta actitud desemboca también en problemas que han sido constatados en múltiples estudios como son el declive cognitivo por falta de estímulo, problemas cardíacos, metabólicos, hormonales o psicológicos.
Por estos motivos, es preciso que animemos a nuestros mayores a explorar el mundo de las actividades psicofísicas. No se trata sólo de "hacer ejercicio", sino de abrazar una forma de vida que celebra la conexión mente-cuerpo y que busca la plenitud integradora en cada movimiento y cada pensamiento, algo que les ayudará a seguir creciendo y a ser más felices en su día a día.
