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Meditación. Parte 2


image of Kodo Sawaki sitting in zazen meditation

En esta segunda entrada te presentamos la meditación Zen, una práctica profundamente arraigada en la tradición budista, que ha trascendido fronteras y tiempos, ofreciendo a la humanidad un método para alcanzar la paz y el equilibrio internos. En este artículo, exploraremos los orígenes de la meditación Zen, su realidad actual y cómo puede integrarse en la vida diaria como una fórmula para la meditación habitual.


Orígenes de la Meditación Zen

La meditación Zen, también conocida como "Zazen", tiene sus raíces en el budismo Mahayana, que se originó en China como el budismo Chán y posteriormente se trasladó a Japón, donde se desarrolló como el Zen.


La palabra "Zen" deriva del sánscrito "Dhyāna", que significa meditación. En su esencia, la meditación Zen busca la experiencia directa y la realización del yo a través de la meditación sentada.



La Práctica de la Meditación Zen

La práctica de Zazen implica sentarse en una postura estable y cómoda, enfocando la atención en la respiración, la postura, o simplemente permitiendo que los pensamientos vengan y vayan sin apego. La simplicidad y la atención plena son fundamentales en esta práctica, permitiendo a los practicantes observar sus pensamientos y emociones sin juicio.


En la actualidad, la meditación Zen ha ganado popularidad mundial como una forma efectiva de reducir el estrés, mejorar la concentración y promover el bienestar general. Muchas personas, independientemente de su trasfondo cultural o religioso, han adoptado prácticas Zen para encontrar tranquilidad en medio del caos moderno.



La meditación Zen puede integrarse fácilmente en la rutina diaria. Aquí hay algunas recomendaciones para aquellos que desean explorar esta práctica ancestral:


  • Encuentra un lugar tranquilo: Busca un espacio silencioso donde puedas sentarte sin interrupciones.

  • Establece un horario regular: La consistencia es clave; intenta meditar a la misma hora cada día, aunque solo sea por unos minutos.

  • Adopta una postura cómoda: Siéntate en una silla o un cojín con la espalda recta y las manos en el regazo.

  • Observa tu respiración: Centra tu atención en tu respiración, observando cómo fluye de manera natural.

  • Sé paciente contigo mismo: Al principio, tu mente puede divagar; simplemente reconoce los pensamientos y vuelve suavemente a tu respiración.

La simplicidad y la atención plena son fundamentales en esta práctica

Beneficios reconocidos del Zen

Practicar la meditación Zen regularmente puede ofrecer numerosos beneficios, como una mayor paz interior, mejor concentración, y una perspectiva más equilibrada de la vida. En un mundo donde el estrés y la distracción son omnipresentes, la relevancia de la meditación Zen es más significativa que nunca, ofreciendo un refugio de calma y claridad.


Este método, con su rica historia y principios fundamentales de simplicidad y atención plena, ofrece un camino hacia la paz y el autoconocimiento. Al integrar esta práctica en nuestra vida diaria, podemos descubrir un sentido de equilibrio y serenidad en medio de la turbulencia del mundo moderno. Invitamos a todos a explorar la meditación Zen y experimentar los profundos beneficios que puede aportar a nuestras vidas.


En nuestra próxima y última entrada de esta serie hablaremos de otras opciones para que puedas explorar y descubrir cuál de ellas resuena mejor con tu realidad diaria. No olvides suscribirte para recibir la notificación en tu bandeja de entrada.

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